¡Vivimos épocas tan diferentes a lo largo de nuestra existencia! Es una de las maravillas de estos días a los que llamamos vida, la diversidad que hay fuera de nosotros en nuestro entorno también existe en nuestro interior. De hecho la vida interior de una persona es lo que realmente importa, cómo se siente, qué tipo de diálogos mantiene con ella misma, en qué medida es feliz…
No sé si te habrá pasado, pero hay momentos en nuestra vida en los que parece que hemos cambiado el rumbo. Los cambios pueden ser de mejor para peor y también de peor para mejor. Esto es lo que yo llamo puntos de inflexión, momentos en los cuales tu vida ha dado un giro, hoy me voy a centrar en los segundos, en los que algo cambia para mejor.
Uno no decide cuándo vendrá ese punto de inflexión, aunque tenemos cierto poder sobre nuestras circunstancias, no podemos elegir, la mayor parte de las veces, el tipo de piedras que se interpondrán en nuestro camino (aunque sí la actitud que tendremos cuando las encontremos). Sin embargo, si uno tiene cierta sensibilidad consigo mismo sí que puede empezar a notar cuando le llega un punto de inflexión, cuándo las cosas pueden empezar a cambiar.
Si echas la vista atrás en tu vida, identificarás al menos tres o cuatro puntos de inflexión relevantes, tres o cuatro momentos clave en los que sentías que algo había hecho «click», momentos en los que que se había producido un cambio a mejor, sin retorno.
Quizás tu punto de inflexión ocurrió el día en que…
Lo cierto es que ese día hiciste algo, decidiste tomar el timón, hacerte cargo, ser responsable contigo mismo, y ese día tu vida cambió para mejor.
Me pregunto cómo es posible que estos puntos de inflexión sólo se den de tanto en tanto, y que el resto de nuestros días los vivamos perdidos en mares revueltos, sin un rumbo claro, sin coger el timón…
¿estás cerca de un punto de inflexión?
Que tengas un gran día.
